viernes, 15 de agosto de 2008

Paradojas temporales

Tenemos conciencia de lo fácil que resultaría par nosotros extender nuestra próxima disertación acerca de la tan manida problemática del viaje temporal. Podríamos efectivamente interesarnos por las famosas " paradojas temporales". En el siglo veintiuno conformaban la piedra angular del razonamiento de la imposibilidad de retorno a tiempos pretéritos. Obviamente nos estamos refiriendo a la opinión generalizada según la cual, una persona que emprendiera dicho viaje y matara a su abuelo antes de que este engendrara a su padre, no podría haber nacido y por lo tanto, tampoco podría matar al que ya , o aún no, sería su abuelo. En fin, un lío.
Sin embargo, y siguiendo los razonamientos del capitulo anterior, intuimos fácilmente la respuesta. Nada en esta historia le impide al sujeto volver al pasado. Su única limitación es que aunque se empeñe, no podrá matar a su abuelo. ¿Por qué? Pues porque no lo hizo. Y si no, no habría nacido y no podría volver a ningún pasado, como tampoco podría existir, por lo que evidentemente tampoco podría matar a persona alguna. (¡Si es de cajón!).
Vemos pues que no íbamos a acercarnos a este tipo consabido de paradojas. De hecho, esto resultaría ridículo hoy en día en que el viaje temporal ha dejado de ser mera teoría siendo ya práctica habitual.
A pesar o precisamente por ello, tenemos que desarrollar una base referente a la terminología teórica del viaje temporal o T.E.S.T.
A través de definiciones “a priori” (lo que los matemáticos llaman axiomas), procuramos demostrar ciertos inciertos teoremas que sin embargo nos permitirán profundizar en el posterior debate.

Nota: Es importante convenir entre todos en la lógica inapelable de los axiomas. Tan solo son la descripción de cosas que nos parecen evidentes y que transcribimos a modo de resumen para partir de una base común. Para los que tengan la tentación de refutar los axiomas – que son la base del razonamiento científico – les pregunto: Las cosas que se sueltan ¿caen?; ¿El diamante es más duro que la piedra?; Si te pegan ¿duele?... y así podríamos seguir. Pues bien: Si convertís esas tres preguntas en afirmaciones conseguís axiomas. Los axiomas no son ni más ni menos que la plasmación en palabras de las cosas que cualquier ser humano (sin mala fe) da por sentado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cronoviajero, como conoceror y admirador de las aventuras de Tintin me interesa conocer tu opinión acerca de la polémica surgida con El lotto rosa
http://www.lacarceldepapel.com/2008/01/18/loto-rosa/